Una piscina siempre contribuye a mejorar la vida en el hogar de las personas. Y es que no hay nada como darse un baño durante las tardes soleadas de verano, o ver jugar en el agua a los niños. 

Toda piscina requiere un buen mantenimiento para conservarse en óptimas condiciones y es por esto que las cubiertas cumplen con una función ideal. 

Instalar una buena cubierta no solo te facilitará el trabajo, sino que también mejorará el aspecto y la funcionalidad de tu jardín. El único inconveniente podría presentarse a la hora de tomar una decisión: ¿Qué es más recomendable? ¿Colocar una cubierta alta o una plana?

Conoce sus principales diferencias a continuación, para que te sea más sencillo elegir.

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La resistencia a los factores climáticos

Ante la amenaza de lluvias, vientos y nevadas intensos, desearás que la protección de tu piscina sea tan eficaz como resistente.

Este es un ámbito en el que las cubiertas planas salen ganando. El hecho de encontrarse al nivel del piso, aunado a su capacidad para soportar grandes pesos, las vuelve prácticamente imbatibles ante los elementos de la naturaleza.

Claro que esto no las exime de la posibilidad de sufrir alguna avería, aunque sería raro que sucediese.

Por el contrario, las cubiertas altas tienen mayores probabilidades de sufrir el impacto de los elementos u objetos pesados, pese a estar construidas con materiales sumamente sólidos, como el policarbonato y el aluminio. Si bien se trata de una situación poco frecuente, no deberías dejar de tenerla en consideración. 

Los detalles estéticos

En el aspecto de las cubiertas radica la diferencia más notable. Mientras que la cubierta plana es una estructura invisible y al ras del suelo, la cubierta alta se levanta alrededor de la piscina, siendo visible desde lejos.

Entre ambas, la última resalta por ser más atractiva y ofrecer múltiples posibilidades de diseño. 

Los paneles y pilares que distinguen a las cubiertas altas, pueden ser rectas o circulares, formando bóvedas y arcos que en conjunto con las plantas de un gran jardín, ofrecerán una vista maravillosa. Además, no solo las hay fijas sino también con paneles y/o techos móviles, deslizables y telescópicos. 

Si la apariencia es tu prioridad, una cubierta alta podría ser la solución que buscas. Eso sí, recuerda que también requieren grandes cuidados de limpieza y mantenimiento.

Su utilidad en estaciones frías

Aunque las cubiertas altas son las más bonitas, no superan a las planas en cuanto a funcionalidad. Y es que durante los meses más fríos del año, permanecen inamovibles, en espera de que el tiempo mejore para que la familia pueda a volver a refrescarse bajo el sol.

Esto podría volverse un inconveniente, si no tienes espacio adicional en tu jardín.

En cambio, las cubiertas planas son multifuncionales. Durante el invierno, mantienen la piscina a resguardo e incluso pueden contribuir a preservar la temperatura del agua.

Gracias a su amplia capacidad para soportar peso (hasta 200 kg, según el modelo), podrás colocar encima tus muebles para jardín y caminar sin temor a caerte. Esta es una excelente ventaja en áreas pequeñas, puesto que te permitirá aprovechar tu espacio al aire libre independientemente de la temporada.

Como ves, ambas clases de cubiertas poseen diferencias notables que conviene conocer antes de la instalación. Considerar sus características te orientará al decantarte por la más apropiada para tu piscina.

Como norma general, se recomienda instalar cubiertas planas en jardines poco espaciosos. Por otra parte, las cubiertas altas suelen ser una mejor alternativa en áreas de gran extensión, donde puedan lucirse sin interferir con el uso práctico del resto del jardín.

¿Cuál será tu próxima elección?